La historia de los diamantes


Hace unos tres mil millones de años, comenzó un proceso único y extraordinario que algún día daría lugar a las reliquias prístinas y únicas en su especie, ya sea el anillo de compromiso, los aretes o collares de diamantes que se pueden adquirir hoy en día.

El calor extremo, la presión y la tormenta perfecta de circunstancias son el origen del viaje del diamante a unos 160 kilómetros de profundidad en el interior de la Tierra. Cuando se formaron los diamantes naturales, no había vida en la Tierra, por lo que un diamante natural es probablemente lo más antiguo que jamás tocará, por no hablar de poseer.

¿Cuándo y dónde se descubrieron los diamantes naturales?

Nadie sabe exactamente quién descubrió el primer diamante; sin embargo, sabemos que los seres humanos descubrieron por primera vez diamantes naturales en cuevas de la India hace casi 4.000 años. Aún así, habían pasado miles de millones de años desde que se formaron hasta este momento crucial del descubrimiento.

La mayoría de los diamantes llegaron a la superficie terrestre a través de antiguos volcanes. A medida que los volcanes avanzaban hacia la superficie, los diamantes que encontraban a su paso quedaban atrapados en el magma y eran transportados a la superficie.

A medida que los volcanes avanzaban hacia la superficie, los diamantes que encontraban a su paso quedaban atrapados en el magma y eran transportados a la superficie.

Sin estos volcanes, que entraron en erupción hace millones de años, los diamantes habrían permanecido ocultos en las profundidades de la tierra donde se formaron, para no ser encontrados jamás. La mayoría de los diamantes naturales se encuentran en los restos de estos antiguos tubos volcánicos subterráneos, mientras que otros han migrado a través de millones de años de erosión.

Cuando el ser humano descubrió los diamantes, quedó inmediatamente cautivado y perplejo por sus propiedades únicas. Su brillo natural y su resistencia a ser tallados y moldeados hicieron pensar que procedían de los dioses.

Estos diamantes en bruto, sin pulir ni tallar, fueron un hallazgo extraordinario y rápidamente llegaron a Europa y China a través de las rutas comerciales, donde se convirtieron en símbolos de estatus y poder entre reyes y reinas. La India fue la única fuente de diamantes naturales durante más de mil años.

 



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