Las técnicas artesanales relojeras empleadas abarcan todas las disciplinas artísticas horológicas reconocidas. En Suiza, relojeros y artesanos trabajan juntos desde hace siglos para crear relojes finamente decorados. Esta gran tradición continúa en Blancpain, en sus talleres internos de decoración y grabado.
Shakudō
El Shakudō es un arte japonés de varios siglos de antigüedad, apreciado por los samuráis para la decoración de pequeños elementos de sus katanas. Hoy en día, lo practican nuestros artesanos del Valle de Joux para fabricar esferas únicas.
El Shakudō es una aleación de cobre y oro. En el proceso tradicional utilizado en Blancpain, se sumerge en un baño llamado rokushō, que sirve para modificar su color. La operación se repite hasta obtener el color deseado, uno de los muchos tonos sutiles que van del negro al gris o al azul. Cuando el artista logra la pátina perfecta, el proceso se detiene, y el color se estabiliza.
Muy a menudo, el shakudō recibe algunos toques de refinamiento mediante técnicas artísticas complementarias, como el grabado, el damasquinado o la escultura.
Grabado
El grabado a mano es una de las principales artes decorativas de la alta relojería. Siguiendo la tradición, los maestros grabadores realizan ornamentaciones para decorar esferas, puentes de movimiento, masas oscilantes, fondos de caja y autómatas. Su trabajo comienza con el esbozo a mano de un dibujo que muestra en detalle las formas y su disposición en las piezas del reloj en cuestión. Una vez finalizado el diseño, los grabadores pueden proceder a practicar su arte, esculpiendo la superficie de su material mediante buriles.
Gracias a sus hojas de diferentes formas, estas herramientas permiten trazar finas líneas con la técnica calcográfica, creando así texturas que dan vida al diseño.
Damasquinado
El arte decorativo del damasquinado apareció por primera vez en China antes de extenderse a la antigua ciudad de Damasco, luego a Persia y la India, y finalmente a Toledo, en España. Los artistas de Blancpain han introducido este antiguo arte en el mundo de la alta relojería.
El diseño requerido se cincela primero en la superficie que se va a decorar. A continuación, se martillean hilos de metal precioso, como oro o plata, en los finos surcos, se alisan hasta el nivel de la superficie y se pulen meticulosamente. La decoración de metal precioso se mantiene en su sitio gracias a la superficie en la que se ha insertado y martillado manualmente.
Binchōtan
Originario de Japón, el binchōtan es un tipo de carbón vegetal producido mediante procesos tradicionales que se remontan a más de 400 años. De calidad excepcional por su extrema densidad, es el producto de la combustión lenta de madera de roble ubamegashi (similar a la encina) en un horno de barro calentado a unos 1300 grados.
El brusco aumento de la temperatura, seguido de un rápido enfriamiento, reduce la corteza del árbol a cenizas, dejando una superficie lisa de una dureza comparable a la del acero. Los artistas de nuestros talleres de decoración y grabado de Le Brassus adoptaron esta técnica para la producción de esferas únicas.
El binchōtan se lava primero, antes de cortarse en discos finos; estos se recubren con varias capas de resina derivada de la savia del árbol chino de la laca para proteger el material del envejecimiento. A continuación, se pulen los discos para resaltar la belleza de las vetas del binchōtan y la intensidad de su color, antes de decorarlos con una laca pigmentada.
Las esferas producidas de este modo se completan con la colocación de diversas decoraciones, como capítulos aplicados grabados a mano y a veces patinados en oro.
Pintura sobre esmalte
El esmaltado en miniatura es una de las numerosas técnicas de esmaltado practicadas por Blancpain.
Su trabajo comienza con la preparación de la superficie que se va a pintar; los artistas de los talleres de decoración y grabado de Le Brassus aplican delicadamente el esmalte, capa por capa, sobre una placa de oro macizo, tanto en la superficie superior como en la inferior, para evitar cualquier deformación de la esfera.
Cada capa requiere una cocción en un horno a unos 800 grados. A continuación, el esmalte se pule meticulosamente para obtener una superficie perfecta, sin la más mínima grieta o defecto. Los esmaltadores crean los colores mezclando polvo de esmalte, óxidos metálicos y aceite de pino en un mortero de ágata.
Esta técnica tradicional garantiza colores eternamente brillantes.