Blancpain se complace en desvelar su nuevo Bathyscaphe Quantième Complet Phases de lune, que se presenta con un brazalete de cerámica negra patentado de elaboración compleja y una caja del mismo material. Con un estilo seguro de sí mismo, deportivo y elegante a la vez, este modelo luce una esfera de acabado soleado en vibrantes tonalidades de azul. Disponible con una amplia gama de brazaletes, desde cerámica hasta NATO y tela de vela, el nuevo Bathyscaphe Quantième Complet Phases de Lune aporta fuerza, color y dinamismo a la línea Bathyscaphe.
Mientras que 1953 fue el año que marcó el nacimiento del Fifty Fathoms, el primer auténtico reloj de buceo, utilizado entonces como una verdadera herramienta por los buzos profesionales, 1956 fue testigo del lanzamiento de su versión urbana. Diseñada para ser llevada a diario y ofrecer al mismo tiempo la posibilidad de explorar los fondos marinos, la línea Bathyscaphe se presentaba en un formato diferente, con un reloj de diámetro más pequeño que su antecesor. Hoy, la manufactura Blancpain refuerza la esencia de su creación con un modelo dinámico que combina la cerámica con colores muy atractivos.
Una esfera con un degradé impactante
En contraste con la cerámica negra, un elegante tono azul adorna la esfera del nuevo calendario completo con fases de luna. Gracias a su sutil degradé y a su acabado soleado, la esfera cobra vida y su personalidad cambia en función de la luz. Este color sofisticado ofrece profundidad a la vez que aporta una gran luminosidad a la esfera, atrayendo así todas las miradas. Al igual que su portador, este reloj tiene su propio carácter, que se afirma aún más con el impactante contraste de la esfera con la caja y el brazalete de cerámica negra que reflejan la luz gracias a su excepcional acabado.
Extraordinaria resistencia
La tecnología punta de la cerámica ha permitido que la línea Bathyscaphe se arraigue en una nueva dimensión. Con sus atributos únicos, la cerámica es el material ideal para esta línea de inspiración urbana, que por primera vez incorpora un brazalete de cerámica de alta tecnología.
Al igual que prácticamente todos los materiales utilizados por Blancpain, la cerámica se produce localmente en Suiza. La inquietud por el medio ambiente se refleja también en los numerosos esfuerzos realizados para minimizar las emisiones producidas en el proceso. Este material duradero, muy resistente a los arañazos e hipoalergénico, es casi cinco veces más duro que el acero inoxidable, pero un 25% más ligero. Si bien la cerámica posee cualidades innegables, se ha de considerar que es un material complejo de trabajar, sobre todo en lo que a acabados se refiere.
Hay que tener en cuenta la reducción de volumen del 25% que se produce cuando se hornea a más de 1400°C. Se utilizan herramientas de diamante para el mecanizado y el satinado, un proceso muy delicado que se debe realizar con la mayor meticulosidad. Ya se trate de eslabones, hebillas o cajas, cada faceta requiere un esmerado acabado individual por parte de los artesanos expertos.
La creación de un brazalete de Alta Relojería exige un ajuste perfecto de los eslabones para que no queden ni demasiado sueltos –por razones estéticas– ni demasiado apretados –por razones prácticas. El margen de error es mínimo. Por ello, cada eslabón se mide y comprueba cuidadosamente para garantizar un ajuste perfecto. El brazalete está dotado de un sistema de montaje de eslabones patentado por Blancpain. Los eslabones se unen mediante clavijas en forma de leva, lo que garantiza una notable resistencia y un óptimo confort de uso. El color negro no solo se combina con el nuevo Calendrier Complet – también disponible en verde y negro –, que por primera vez se presenta con una caja de cerámica negra de 43,6 mm, hermética hasta 300 m de profundidad, sino también con los modelos Bathyscaphe de tres agujas y cronógrafo flyback con cajas del mismo material.
Impulsado por el calibre 6654.P4, el nuevo Bathyscaphe Quantième Complet Phases de Lune destaca su legado como reloj de submarinismo, con su bisel giratorio, y los elementos de Alta Relojería característicos de Blancpain, como la fase lunar y la espiral de silicio.
Buceo y seguridad: el bisel giratorio
Durante una inmersión en 1952, Jean-Jacques Fiechter, copresidente de Blancpain en aquel momento, se quedó sin aire y tuvo que efectuar un ascenso de emergencia que casi le cuesta la vida. Esta experiencia le hizo tomar conciencia de la necesidad de medir el tiempo bajo el agua de forma segura. Su innovadora solución consistió en equipar el Fifty Fathoms lanzado en 1953 con un bisel giratorio graduado bloqueable, especialmente adaptado a las condiciones del buceo.
En la actualidad, la colección Fifty Fathoms consta de un bisel unidireccional que gira solo en sentido antihorario, para mayor seguridad, y que emite un leve pero potente «chasquido» al manipularlo. Al igual que su hermano mayor, el Fifty Fathoms, el modelo Bathyscaphe también presenta este tipo de bisel, en el que se inspira, aunque, en este caso, consta de una inserción de cerámica en lugar del cristal de zafiro abombado. El nuevo calendario con fases de luna no es una excepción a la regla. La inserción, colocada sobre el bisel de cerámica negra, combina con el tono de la esfera. Jugando con los tonos frescos del fondo marino, el negro acompaña al delicado azul de acabado soleado aportando su color profundo e intenso a la inserción, que está acabada con Liquidmetal® gris para crear contraste. El bisel, de aspecto decididamente urbano, garantiza una gran resistencia a los arañazos y emite un leve pero potente «chasquido» al manipularlo.
Las fases de luna, ejes del tiempo
La función de las fases de luna, distintivo de la Manufactura, también está presente en este nuevo reloj, que late al ritmo del calibre 6654.P4. «Las fases de luna, una complicación poética característica de la Manufactura de Le Brassus, encarnan no solo el carácter de Blancpain, sino también el resurgimiento de la relojería tradicional tras la crisis del cuarzo». (Marc A. Hayek, presidente y CEO). A diferencia de muchos otros fabricantes que, en la década de 1970, intentaron reducir sus costes de producción eliminando complicaciones o movimientos mecánicos completos para competir —en vano— con los relojes de cuarzo, Blancpain adoptó el punto de vista opuesto con miras a demostrar que un reloj mecánico daba fe de un savoir-faire extraordinario y que el cuarzo nunca podría sustituir una creación relojera mecánica compleja. Para ello, en 1983 la Manufactura presentó un reloj con fases de luna e inició un movimiento contrario al cuarzo. Esta complicación se convirtió en el símbolo del renacimiento de la relojería mecánica.
Claramente reconocible, la función de fases de luna de Blancpain se incorpora en el calibre 6654.P4, que, además de ofrecer una reserva de marcha de 72 horas (gracias a sus dos barriletes), presenta un movimiento seguro, ya que facilita a su portador ajustar las indicaciones del calendario en cualquier momento del día sin dañarlo. Este calibre, decorado según la tradición de la Alta Relojería —como demuestran el biselado, el perlado y el acaracolado—, queda a la vista a través de un fondo de cristal de zafiro gracias a la espiral de silicio, que lo hace resistente al magnetismo.
La revolución del silicio
El silicio, que protagonizó una auténtica revolución en la industria relojera a principios del siglo XXI, ha propiciado importantes avances en materia de medición del tiempo. Este material elástico que no se deforma, duro, ligero y muy resistente a la corrosión, se distingue especialmente por su resistencia al magnetismo, una cualidad muy ventajosa para garantizar el funcionamiento preciso de los relojes.
En la década de 1950, los volantes de los relojes se equipaban con resortes metálicos que podían magnetizarse, lo que interfería en la medición del tiempo. Dado que los imanes forman parte del entorno del buceo, los primeros relojes Fifty Fathoms se desarrollaron con una caja interna de hierro dulce, que servía como escudo para proteger el movimiento del magnetismo. A principios de la década de 1960, Blancpain suministró a la Armada estadounidense una serie especial de relojes Fifty Fathoms Mil-Spec antimagnéticos destinados al Equipo de Demolición Submarina y a los Navy Seals, que trabajaban con minas navales magnéticas.
Al no ofrecer visibilidad del calibre, la caja de hierro dulce dejó obsoleto el uso de un fondo de caja de cristal de zafiro. Por tanto, la protección magnética se impuso frente a la estética. Sin embargo, gracias a la llegada de la espiral de silicio, se puso fin a esta limitación, lo que permitió dotar a los relojes de buceo de un fondo transparente para así poder contemplar la construcción única de su movimiento. Gracias a esta tecnología y a este material, además de mostrar con orgullo la alta calidad de los acabados de su movimiento, el nuevo Bathyscaphe Quantième Complet Phases de Lune ofrece un rendimiento cronométrico superior.
Blancpain, maestra de los calendarios
Los calendarios, componentes clave de la identidad de la Manufactura, demuestran la experiencia y el savoir-faire de Blancpain en materia de complicaciones. Volvieron a ponerse de moda a principios de los años 1980, en un primer momento, en forma de calendario completo, para allanar el terreno a los relojes con indicaciones de fecha de todo tipo en Blancpain. Desde una indicación sencilla de la fecha al calendario perpetuo, pasando por el calendario semanal o el calendario anual, la capacidad de la marca para crear calendarios llegó a su culmen con la creación extremadamente compleja de dos primicias mundiales: el Villeret Equation du Temps Marchante y el Villeret Calendrier Chinois Traditionnel. Gracias a su frecuente presencia en el catálogo de la Manufactura, estos mecanismos convierten a Blancpain en la firma maestra de los calendarios. El nuevo Bathyscaphe Quantième Complet Phases de Lune perpetúa este legado.